Afortunadamente, existen fundaciones y asociaciones que se preocupan por estos españoles: la fundación +34, integrada por personas que conocen de primera mano el drama personal y familiar que supone estar encarcelado o en situación de desamparo en un país extranjero, y que debe su nombre a esa primera llamada telefónica a la que tiene derecho cualquier persona en el mundo al ser privado de su libertad, y que al realizarla lo primero que debe marcar es +34.